Otra etapa por completar para Eva - Recuerdos y reflexión

Hoy es el primer día de universidad de mi hija, del último año de su carrera. Cerrará la Licenciatura en Comunicación y Diseño. Esta tarde, mientras salía por la puerta del apartamento para ir a la U, le dije en tono animado: "¡Feliz primer día de tu último año de universidad, disfrútalo,  HUHUHURA!" y ella me miró con cara de "¡Ay mami!"

Cuando ella estaba en preparatoria, en un colegio que no recomiendo y por eso no lo nombro, la maestra me mandó una nota para una cita. En resumen, la maestra, con muy  buena intención pero sin ninguna preparación académica para hacer un diagnóticos psicopedagógico, me dijo sin mucho tacto, que mi hija era hiperactiva. Creo que reaccioné como cualquier madre ante la primera etiqueta que le ponen a uno de los frutos de su vientre: lo negué. La maestra había llegado a esta conclusión porque Eva era muy inquieta, se levantaba de su silla, distraía a sus compañeritos y compañeritas, corría alrededor de las mesas y no terminaba de pintar, escribir o lo que fuera que estaba haciendo.

Le dije que le hablaría a la niña y le pedí que buscara una estrategia para ayudarla a terminar sus tareas y estar quieta. Yo le sugerí que le dijera que si terminaba de trabajar, la ayudaría a borrar el pizarrón, o recoger los crayones o que sé yo. Yo le di la estrategia a la maestra, cuando ella era quien debía saber cómo controlar a uno de sus alumnos.  

Pasó a 1er grado Primaria y no lo niego, no fue fácil. Sí se distraía con mucha facilidad, pero en su clase habían 18 o 19 niños. Si la mestra no podía captar su atención, no toda la culpa era de la niña. Sus notas eran como un sube y baja en continuo movimiento. Era un colegio bilingüe y Eva llevaba como 11 u 12 clases entre español e inglés. Sin embargo, al final de año, no perdía ninguna materia.

Así pasó a 2o. Primaria y fue lo mismo. Luego a 3ero. Llevaba cuatro años escuchando que mi hija tenía Déficil de Atención e Hiperactividad. Yo ya no estaba en etapa de negación, pero si en la de investigación. Trataba de entender a Eva, sus reacciones, su comportamiento. Ella era víctima de bulling por parte de sus compañeros y compañeras.  Como la maestra la regañaba mucho, los otros alumnos la discriminaban. El colegio nunca admitió esto y nunca nos apoyó.

En 4o. Grado decidí sacar a mi hija de ese colegio. La niña que más la lastimaba había sido nombrada "abanderada del año". Le dije a la maestra: "¿Usted sabe que esa niña maltrata a la mía y a otras más? ¿Cómo puede ser abanderada una alumna que no respeta a sus compañeras, ni sus sentimientos, ni su integridad física? La maestra solo me dijo: "Ella tiene muy buen promedio". En ese mismo momento le dije: "Este es el último año de Eva aquí, porque ustedes educan a maquiavelos en este lugar".

Así lo anuncié sin ningún Plan B o C o D. No tenía ningún otro colegio visto y estábamos en septiembre. Le conté a mi mamá y juntas empezamos a investigar y a buscar colegios especiales. Durante ese año de 4o. Grado, mi hija ya asistía dos veces por semana a sesiones con una psicopedagoga que la ayudó mucho, una sesión de tutoría y la otra de terapia. No recuerdo el nombre de esta chica, una jovencita recién graduada de la U, pero fue un ángel y un gran apoyo. 

Luego de recorrer varios colegios dimos con Centro Intergral Psico Educativo y con Sheny de Barrios. Yo recuerdo que cuando me senté ante ella y me dijo: "¿En qué les puedo servir?" en lugar de darme un bifolear con los precios de inscripción y cuotas mensuales, yo le respondí: "¿Me gustaría saber qué le ofrece su colegio a mi hija?" Así empezó la más saludable y comunicativa relación que he tenido con una educadora.

Sheny y su colegio lograron que Eva se viera como una ganadora. Le enseño que lo importante era conocerse a sí misma, que su competencia era su impulsividad y su distracción y aprendió a vencerlas. Siempre existió la posibilidad de ayudarla con medicamento, pero yo fui bien clara y le dije a la directora que no quería que mi hija dependiera de una pastilla para controlarse. Hicimos juntas un plan alternativo para Eva que incluía eliminar ciertos alimentos y bebidas, introducirla en el mundo de las infusiones de manzanilla, tilo y otras hiervas, imponer mucha disciplina en casa y siempre siempre, estar sintonizados, el colegio y el hogar. 

Eva salió con un promedio de 90 de 6o. Grado Primaria.  Ella misma le pidió a Sheny que la prepara para el examen de admisión del Belga y entró, con el objetivo de hacerse maestra de educación pre primaria.  Logró todo lo que se propuso. No fue fácil, continuó luchando con el déficit de atención pero ya no con la hiperactividad, la cual disminuyó sola en la adolecencia. 

Hoy es su primer día del último año de universidad. El plan es terminar tesis este año para su aprobación y luego, el próximo, dedicarse a su examen privado. Para mediados del 2018 posiblemente ya estará graduada. Estos cuatro años de universidad han sido tan sencillos cuando recordamos los años de colegio. Pero no hubieran sido así sin el apoyo que tuvimos de Sheny Barrios, de sus maestras y coordinadoras del Belga que llegaron a conocerla y comprender su forma de aprender. Aún sigue sin medicamento, aunque cuando entró a la U yo le di la opción: "Hija, si sientes que es mucha carga, vamos a ver a un buen médico y que te dé medicamento para que te ayude a concentrarte, estudiar". Ella me dijo: "Mami, mi carrera es de crear, de diseñar, de dibujar, necesito ser yo y no necesito de ninguna medicina" 

Empezó la cuenta final de otra etapa más para Eva. ¡En qué momento creció tanto mi "unicornio azul! 

Comentarios

  1. Enhorabuena por ti y Eva. Increíble lo que una niña "de buen promedio" y una sola maestra pueden distorsionar a un ser humano tan puro y noble. Qué bien por el cambio radical que hiciste sin plan B o C o D para tomar el camino que la llevó a conocerse y a ti a apoyarla con mas firmeza.
    Ojo que no se engañe con que "sólo" le falta tesis o privados, será una pluma en el viento cuando los venza!

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